lunes, 1 de noviembre de 2010

Ciudad destrucción

Bueno, no es nuevo en Buenos Aires el tema del patrimonio arquitectónico. No es nuevo tampoco que existen posiciones completamente encontradas (no demoler nada, demoler todo) y poco uso del sentido del equilibrio.
Hace un rato nomás, esta mañana vi, con sorpresa, un cartel de venta de terreno en un lote donde hay una casa, que en realidad es vecina y gemela (y simétrica) de otra casa que está exactamente a su lado. Eso es en el barrio de Belgrano, a pocas cuadras de Cabildo y Juramento.
Por la tarde, con una computadora a disposición, busqué en la base de datos de protección patrimonial ("BASEAPH") y confirmé mis sospechas; está catalogada, por ende, no se puede tirar.
Y entonces me explotó la cabeza. Pensé -"esto no puede ser...".
Aclaro, para el que no se ha dado cuenta, que soy Arquitecto. Aclaro, porque no lo saben, que trabajo en un estudio de arquitectura donde hacemos entre otras cosas propiedad horizontal. Es decir, edificios de departamentos, por lo general. Pero también aclaro que, aunque nos ha venido algún terreno con una casa valorable, no somos unos fundamentalistas del "demoler todo", pero lógicamente, tampoco del "dejemos todo como está".
Entonces, este balanceo brutal, este choque de planetas, que tan de moda está, me hizo un hueco, valioso, en la mente, para dar lugar a nuevos pensamientos. Y así surgió algo: ¿cómo construir, dónde construir? ¿Cómo conservar, cuándo conservar? Pero lo más importante: ¿cómo observar? ¿Cómo aprender a observar?
Y es justamente lo que, creo, nos va a llevar a aprender más y tomar mejores decisiones, así nos equivoquemos de vez en cuando.
Observar, aprender, evaluar, considerar, accionar (o no).

martes, 3 de agosto de 2010

Acá estoy, haciendo de amo de casa por un rato (en realidad todas las semanas me toca), pensando en qué voy a hacer de mi futuro.
Sí, soy arquitecto, cada tanto me lo tengo que recordar. Y cada tanto sucede que no sé muy bien cómo llegué hasta acá.
Vivo con mi novia, aunque a veces es como si viviéramos solos bajo el mismo techo, porque tenemos muchas ocupaciones y poco tiempo libre. Pero bueno, parece que es la ley de la vida.
Sin embargo aquí estoy, sentado, pensando justamente qué cosas debe uno hacer para cambiar eso.
Y bueno, aquí estoy, para ofrecerme como arquitecto y como cualquier otra cosa que sepa hacer más o menos bien. Por ejemplo calibrar guitarras y bajos. Ah, si, un amigo dice que debería hacer eso, que me sale bastante bien y no hay muchos por la zona. Puede ser.
También parece que ahora los arquitectos se promocionan por esos sitios de compra y venta. Tendré que ponerme ahí también? Cómo cambia el mundo. Y no es que yo haya vivido un mundo muy diferente, es que a uno lo preparan para algo, y después resulta que cuando uno sale a la calle ya las cosas no son así. Y tal vez no sean así ni siquiera el año próximo. Entonces es cuando se hace difícil.
Por suerte, y lo resalto, existen los amigos. Amigos de todo tipo. Los de siempre, los que saben todo de uno, los que hablamos por mail, los que hablamos por teléfono, los que salimos a jugar al tenis, los que tomamos cerveza. Y así, creo que así, es como uno tiene que resolver las cosas. Voy a preguntarle a Paula a a noche qué piensa. Yo solo, por mí mismo, no puedo decidir. No cuando estoy con alguien de quien dependo y quien también puede depender de mi. Si es mutuo mejor, pero también más difícil. Será que en realidad hay que ser lo más independiente que se pueda, justamente para poder elegir estar con alguien.
Mientras, se lava la ropa en el lavarropas. Ahora voy a completar mi currículum. A ver si de una vez por todas, a partir del año que viene, la facultad me paga por ser docente. Sería bueno.

martes, 22 de junio de 2010

Beatles

Hace unos días me preguntaba para mí, y para este blog, qué era ser moderno.

En la facultad me toca, una vez por año, ser docente -ayudante- en historia de la arquitectura II, en la Universidad de Palermo. En esa materia, el tema central es el "Movimiento Moderno", sobre el que mucho se ha escrito y discutido. Incluso, si fue movimiento y hasta si fue moderno.

Pero no voy a entrar en una discusión con mi propia mente y esta pantalla para tratar de explicar qué es ser moderno, o que entiendo yo. Ya hace bastante aprobé esa materia y no tengo que dar explicaciones, aunque ronde siempre por mi cabeza.

De golpe, hace unos pocos minutos, a eso de la 1:35 de la tarde de un frío día de invierno, esperando que juegue la selección en el mundial de Sudáfrica, se me ocurrió escuchar Norwegian Wood de los Beatles. Y dije.. qué modernos eran estos tipos!

Tengo mucho más para escribir pero poco tiempo, así que les digo: si quieren aprender arquitectura, escuchen a los Beatles.

viernes, 11 de junio de 2010

Arquitectura

Qué es la arquitectura para mi? No lo sé.
Es un concepto "amplio". O habría que decir "ancho". Un concepto que encierra muchos otros conceptos.
Sin embargo alguna idea, aunque sea subjetiva, limitada o "parcial", tengo.

Arquitectura es un proceso. Arquitectura es el proceso de crear algo. Arquitectura es el proceso de hacer que muchas cosas se unan para lograr un concepto nuevo.

Visto de este modo casi cualquier actividad puede ser Arquitectura. Y en cierto modo es así. Aunque históricamente la palabra está asociada a la construcción, la realidad indica que, a veces como sinónimo de "estructura", la palabra es usada en el ámbito de la programación, en informática, por ejemplo. Y no sería un delirio hablar de Arquitectura en un disco, o una canción.

Para hacer arquitectura, en cualquiera de sus acepciones, es necesaria una ética, y una ética, en un tonto juego de palabras, produce una estética. Y en ese punto es donde deberíamos diferenciarnos los Arquitectos.

Se supone que fuimos educados a lo largo de, por lo menos, 5 años, para ser capaces de convertir un mero juego organizativo en algo mucho más profundo, que llegue a tocar, según acuerdan muchos teóricos, las emociones del hombre.

Para hacer arquitectura con edificios, hacen falta por supuesto conocimientos técnicos sobre construcción, pero también hace falta tener sensibilidad y conocimientos sobre cultura y, por qué no, una ideología.

Los historiadores pueden hablar sobre "racionalismo", "eclecticismo", "neo-plasticismo" y cientos de otros "-ismos", pero, en el fondo, detrás de todos estos conceptos existe una idea sobre el mundo, cuando no sobre el universo, y ciertamente sobre el diario problema del "habitar", sin olvidar por supuesto el "obrar" ni el "descansar" o el "expresar.